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1. Ética y moral
Probablemente hayas usado alguna vez la palabra ética, o la hayas oído utilizar a otras personas. Es una palabra que solemos asociar a determinado tipo de comportamientos: aquellas conductas que consideramos correctas y dignas de aprobación, en contraste con otros comportamientos que estimamos rechazables e indignos. El contenido de la materia de Ética está estrechamente relacionado con esos juicios que constantemente hacemos acerca de la corrección o incorrección de las acciones humanas.
La vida nos plantea problemas muy diversos. Pues bien, esos problemas pueden dividirse en dos grandes grupos: los que provienen de nuestras relaciones con las cosas y los que tienen que ver con nuestras relaciones con las personas.Los problemas éticos, a diferencia de los problemas técnicos, surgen de nuestras relaciones, directas o indirectas, con las personas: con otras personas o con nosotros mismos. Así, la pregunta: “¿cómo debo tratar a mis amigos?”, tiene un carácter ético, mientras que la pregunta: “¿cómo debo tratar a mi moto?”, no lo tiene: es una pregunta de tipo meramente técnico.Los problemas que trata la Ética son, pues, los que surgen como resultado de las relaciones más o menos directas que mantenemos, a través de nuestros actos, con determinadas personas.¿Con qué personas? Con aquellas que resultan afectadas por esos actos. Naturalmente, la persona a la que tus actos afectan más directamente eres tú mismo. Por eso, puede decirse que la Ética tiene como finalidad, entre otras cosas, el estudio de las consecuencias, buenas o malas, que los actos de la persona tienen para ella misma y para los demás.
A estas alturas tal vez te hayas planteado ya la siguiente pregunta: si la Ética estudia la corrección o incorrección de nuestras acciones en la medida en que afectan a personas, ¿no trata de lo mismo que eso que llamamos Moral? La moral tiene que ver con el nivel práctico de la acción y trata de responder a la pregunta ¿qué debo hacer?; la ética con el nivel teórico de la reflexión y trata de responder a preguntas del tipo ¿qué es la moral? ¿cómo se fundamenta?
EJERCICIO SOBRE EL NAUFRAGIO DE UN
Imagina que eres el capitán de un barco que, en alta mar, sufre una avería y
se va a pique. El barco sólo dispone de una lancha salvavidas y su
tripulación es la siguiente:
1 mujer embarazada de 35 años...
1. Explica si te salvarías
2. Explica a quién salvarías y por qué, es decir, explica qué es lo que has tenido en cuenta o valorado para tomar tu decisión.
3. ¿Crees que es justa la decisión que has tomado?
4. ¿Se te ocurre alguna otra manera de resolver el problema?
Distintas concepciones morales
¿En qué consiste la felicidad?
Según Aristóteles la felicidad se encuentra en que cada cosa llegue a ser lo que realmente es. En
que la propia naturaleza de cada cosa se despliegue. Pues bien, ¿en qué reside la auténtica
naturaleza humana?, es decir, ¿qué es lo que el hombre realmente es? ¿Qué es lo que hace al
hombre ser hombre? Lo que hace al hombre hombre, lo que le diferencia de los demás seres, es la
voluntad libre y la razón. Por ello, la forma suprema de la felicidad se encuentra, según Aristóteles, en
guiar su voluntad por el conocimiento racional. La felicidad está, pues, en el conocimiento. Aristóteles, Ética racional.
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La ética es un asunto más de sentimiento que de razón, lo que se conoce como emotivismo moral (Hume no utiliza esta expresión en sus textos). El emotivismo moral sostiene que el fundamento de la experiencia moral no radica en la razón, sino en el sentimiento que las acciones y cualidades de las personas despiertan en nosotros. Por tanto, una acción moral es para nosotros buena o mala en función del sentimiento positivo o negativo que nos provoca, y no porque la razón así nos lo indique. La razón por sí misma es incapaz de mover al hombre. La lógica no nos impulsa directamente y por sí sola a la acción.
Los sentimientos son los que realmente empujan a obrar. La razón puede ayudarnos a decidir cuáles son las consecuencias útiles o perniciosas de las acciones y, por lo tanto, debe tener cierto papel en la experiencia moral. Sin embargo, es insuficiente para fundamentar dicha experiencia moral. Emotivismo moral, Hume
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El utilitarismo es heredero de la ética de Hume y de los filósofos empiristas. Los utilitaristas, como su propio nombre indica, hablan de la "utilidad" de aquello que da "placer": todos los seres humanos buscan "placer" en sus actividades; útil es aquello que produce mayor cantidad de placer o felicidad. Una acción será más buena moralmente cuanto más placer genere a la mayor cantidad posible de gente. En suma: el fin es alcanzar la felicidad del mayor número de personas. Lo que nos produce felicidad es bueno y, por tanto, útil. Utilitarismo Stuart Mill
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“El 6 de agosto y el 9 de agosto de 1945 sendos bombarderos estadounidenses lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, las primeras y únicas bombas atómicas de uso militar no experimental. En pocos segundos, ambas ciudades quedaron devastadas y tuvo lugar así un genocidio instantáneo, del que Estados Unidos nunca se retractó. Se calcula que en estos primeros instantes, en Hiroshima, la bomba mató a más de 120.000 personas de una población de 450.000 habitantes, causó otros 70.000 heridos y destruyó la ciudad casi en su totalidad. En Nagasaki, el número de víctimas mortales debido a la explosión se estima en 50.000 y el de heridos en 30.000, de una población de 195.000 habitantes. A estas víctimas hay que sumar las causadas por los efectos de la radiación nuclear.
Este bombardeo se ha justificado diciendo que ahorró muertes, ya que una invasión habría costado un millón de soldados estadounidenses y muchos más soldados japoneses. Se dice que los japoneses no se hubieran rendido nunca, y que probablemente hubieran muerto millones de civiles si Estados Unidos hubiera invadido Japón con los métodos convencionales”
a. ¿Crees que el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki resultaba “útil” desde algún punto de vista?
b. ¿Crees que “el fin justifica los medios”? Razona tu respuesta y averigua a quién se atribuye
esta expresión.
Y, como somos libres, somos responsables de nuestros actos y pueden ser calificados
moralmente; si no fuéramos libres no tendría sentido hablar de moralidad, de valores morales.
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