La crisis que tuvo lugar en el siglo XIV fue especialmente dura, tanto es así que la población de la época pensaba que Dios les castigaba por sus pecados. El malestar fue tan profundo que las revueltas de la población más desfavorecida no se hicieron esperar. A continuación, tienes un esquema muy sencillo de lo que motivó las revueltas tanto rurales como urbanas de esta época.
En ambos casos, los grupos más poderosos se unieron para sofocarlas. Sin embargo, en algunos lugares los campesinos consiguieron mejorar sus condiciones de vida, ya que al haber poca mano de obra disponible (peste, hambrunas, guerras) los nobles se vieron obligados a renegociar ciertos aspectos para que no abandonaran sus feudos.
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